Nuestro Team para servir en el Reino

Jesús tenía una visión y misión clara: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.” Lucas 4:18-­19. Basados en la visión de Jesús creemos que nuestra visión es ser embajadores del Reino de Dios, siendo instrumentos de salvación, paz, reconciliación y sanidad en el mundo.

Obispo/Presidente

Supervisor desde 1994.
Como Presidente del CIES, el hno. Samuel Lopez tiene la visión de alentar y apoyar los pastores y congregaciones para que tengan una vida espiritual y un ministerio sano, y para cumplir el llamado de Dios en sus vidas.

Secretaria

La hermana Soledad, es la secreteria de la oficina del CIES en New Holland, PA, y ademas es la esposa de nuestro hermano Samuel Lopez, ejerciendo el trabajo de supervicion internacional de las Iglesias junto a él.

Tesorera

La Hna. Keila Esthela Flores Moreno es Tesorera del CIES pero ademas es Directora del Programa de Obreros Cristianos - USA y Misionera del CIES en México (Directora del Centro de Estudios Bíblicos e Instituto Bíblico Kyrios) en la Iglesia Evangélica Shalom "El Buen Pastor" Huatabampo, Sonora México

Nuestra Confesión de Fé

Resumen de la Confesión de Fe en una Perspectiva Menonita (1995)

Creemos que Dios existe y se complace con todos los que se acercan a El por la fe. Adoramos al único Santo y amoroso Dios quien es el Padre, Hijo, y Espíritu Santo eternamente. Dios ha creado todas las cosas visibles e invisibles, ha traído salvación y nueva vida a la humanidad mediante Jesucristo, y continúa sustendando a la iglesia y todas las cosas hasta el final de los tiempos. Creemos en Jesucristo, la Palabra de Dios hecha carne. El es el Salvador del mundo, quien nos ha liberado del dominio del pecado y nos ha reconciliado con Dios por su muerte en la cruz. El fue declarado Hijo de Dios por su resurreción de entre los muertos. El es la cabeza de la iglesia, el Señor exaltado, el Cordero que fue inmolado, que viene otra vez para reinar con Dios en gloria. Creemos en el Espíritu Santo, el Espíritu eterno de Dios, quien habitó en Jesucristo, quien da poder a la iglesia, quien es la fuente de nuestra vida en Cristo, y es derramado sobre aquellos que creen como la garantía de su redención. Creemos que toda la Escritura es inspirada por Dios a través del Espíritu Santo para instruirnos en la salvación y educarnos en la justicia. Aceptamos las Escrituras como la Palabra de Dios y como la norma confiable y fidedigna para la fe y la vida cristiana. Guiados por el Espíritu Santo como iglesia, interpretamos la Escritura en armonía con Jesucristo. Creemos que Dios ha creado los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay, y que Dios preserva y renueva lo que ha hecho. Toda la creación tiene su fuente de origen fuera de sí misma y pertenece al Creador. El mundo ha sido creado bueno porque Dios es bueno y provee todo lo que es necesario para la vida. Creemos que Dios ha creado a los seres humanos a su imagen divina. Dios les formó del polvo de la tierra y les dio una dignidad especial entre todas las obras de su creación. Los seres humanos han sido creados para tener relación con Dios, para vivir en paz unos con otros, y para cuidar del resto de la creación. Confesamos que, comenzando con Adán y Eva, la humanidad ha desobedecido a Dios, ha cedido al tentador, y ha escogido pecar. Todos han fallado al propósito del Creador, manchando la imagen de Dios con la que fueron creados, perturbando el orden de la creación en el mundo, y limitando su amor por otros. Por causa del pecado, la humanidad ha sido entregada a la esaclavitud de los poderes del mal y de la muerte. Creemos que, mediante Jesucristo, Dios ofrece salvación del pecado y una vida nueva. Recibimos la salvación de Dios cuando nos arrepentimos y aceptamos a Jesucristo como Salvador y Señor. En Cristo, somos reconciliados con Dios e integrados a una comunidad reconciliada. Ponemos nuestra fe en Dios para que, por medio del mismo poder que resucitó a Cristo de la muerte, podamos ser salvos del pecado para seguir a Cristo y conocer la plenitud de la salvación. Creemos que la iglesia es la asamblea de los que han aceptado la oferta de Dios de la salvación mediante la fe en Jesucristo. La iglesia es la nueva comunidad de discípulos enviada al mundo para proclamar el reino de Dios y proveer un anticipo de la gloriosa esperanza de la iglesia. Es la nueva sociedad establecida y sustentada por el Espíritu Santo. Creemos que la misión de la iglesia es proclamar y ser una señal del reino de Dios. Cristo ha comisionado a la iglesia para hacer discípulos de todas las naciones, bautizándoles, y enseñándoles a que guarden todas las cosas que él les ha mandado. Creemos que el bautismo de los creyentes con agua es una señal de su limpieza del pecado. El bautismo es también un compromiso ante la iglesia de su pacto con Dios, de andar en el camino de Jesucristo por el poder del Espíritu Santo. Los creyentes son bautizados en Cristo y su cuerpo por el Espíritu Santo, el agua y la sangre. Creemos que la Cena del Señor es una señal por la cual la iglesia recuerda con gratitud el nuevo pacto que Jesús estableció en su muerte. En esta cena de comunión, la iglesia renueva su pacto con Dios y con cada cual y participa en la vida y muerte de Jesucristo, hasta su regreso. Creemos que al lavar los pies de sus discípulos, Jesús nos llama a servirnos unos a los otros en amor tal como él lo hizo. Es así que reconocemos nuestra constante necesidad de limpieza, renovamos nuestra disposición de dejar a un lado el orgullo y el poder mundano, y ofrecemos nuestras vidas en un servicio humilde y amor sacrificial. Practicamos la disciplina en la iglesia como una señal de la gracia transformadora de Dios. La disciplina tiene el propósito de liberar del pecado a los hermanos y hermanas que han errado, y restaurarles a la relación correcta con Dios y al compañerismo de la iglesia. La práctica de la disciplina trae integridad al testimonio de la iglesia en el mundo. Creemos que el ministerio es una continuación de la obra de Cristo, quien da dones a través del Espíritu Santo a todos los creyentes y los capacita para el servicio en la iglesia y en el mundo. Creemos también que Dios llama a ciertas personas en particular en la iglesia para cargos y ministerios específicos de liderazgo. Todos los que ministran son responsables ante Dios y ante la comunidad de fe. Creemos que la iglesia de Jesucristo es un cuerpo con muchos miembros, organizada en tal manera que, a través de un Espíritu, los creyentes puedan edificarse juntos espiritualmente como una morada de Dios. Creemos que Jesucristo nos ha llamado al discipulado, a tomar nuestra cruz y seguirle. A través del don de la gracia salvadora de Dios, somos capacitados para ser discípulos de Jesús, somos llenos con su Espíritu, seguimos sus enseñanzas y su senda mediante el sufrimiento hacia la nueva vida. En la medida que somos fieles a su camino, nos conformamos a Cristo y nos separamos del mal en el mundo. Creemos que ser un discípulo de Jesús es conocer la vida en el Espíritu. A medida que la vida, muerte y resurrección de Jesucristo se forma en nosotros, crecemos a la imagen de Cristo y en nuestra relación con Dios. El Espíritu Santo está activo en la adoración colectiva e individual, llevándonos a una experiencia más prfounda con Dios. Creemos que la intención de Dios para la vida humana es que comiencen en las familias y sea bendecida a través de las familias. Aún más, Dios desea que toda la gente sea parte de la iglesia, la cual es la familia de Dios. Los miembros casados y los solteros en la familia de la iglesia, reciben alimento espiritual y sanidad, y las familias pueden crecer hacia la plenitud que Dios tiene para ellas. Estamos llamados a la castidad y al amor fiel en el matrimonio. Nos comprometemos a decir la verdad, a dar un simple sí o no, y a evitar los juramentos. Creemos que todo le pertenece a Dios, quien llama a la iglesia vivir en mayordomía fiel en todo lo que Dios nos ha confiado, y a participar ahora en el descanso y la justicia que Dios ha prometido. Creemos que la paz es la voluntad de Dios. Dios creó el mundo en paz, y la paz de Dios se revela más plenamente en Jesucristo, quien es nuestra paz y la paz de todo el mundo. Dirigidos por el Espíritu Santo, seguimos a Cristo en el camino de la paz, haciendo justicia, trayendo reconciliación, y practicando la no-resistencia, incluso frente a la violencia y la guerra. Creemos que la iglesia es la nación santa de Dios, llamada a darle lealtad total a Cristo su cabeza y a testificar a toda nación, gobierno y sociedad acerca del amor salvador de Dios. Ponemos nuestra esperanza en el reino de Dios y en su consumación el día en que Cristo vuelva en gloria para juzgar a los vivos y a los muertos. El reunirá a su iglesia, la cual ya está viviendo según el gobierno de Dios. Esperamos la victoria final de Dios, la terminación de esta era de conflicto, la resurrección de los muertos, y un cielo nuevo y una tierra nueva. Allí el pueblo de Dios reinará con Cristo en justicia, rectitud y paz para siempre. Concilio Iglesias Evangélicas Shalom